Cuando el amor los llame,síganlo.
Y cuando su camino sea duro y difícil.
Y cuando sus alas los envuelvan,entréguense.
Aunque la espada entre ellas escondida los hiera.
Y cuando les hable,crean en él.
Aunque su voz destroce sus sueños,tal como el viento norte
devasta los jardines.
Porque,así como el amor los corona,así los crucifica.
Así como los acrece,así los poda.
Así como asciende a lo más alto y acaricia sus más tiernas ramas,
que se estremence bajo el sol, así descenderá hasta sus raíces y las
sacudirá en un abrazo con la tierra.
Como a trigo en gavillas los reúne a su alrededor.
Los desgrana hasta desnudarlos.
Los cierne,hasta librarlos de sus coberturas.
Los pulveriza hasta volverlos blancos.
Los amasa,hasta que estén flexibles y dóciles.
Y los asigna luego as u fuego sagrado,
para que puedan convertirse en sagrado pan
para la fiesta sagrada de Dios.
Todo esto hará el amor en ustedes a fin de que pueda
conocer los secretos de su corazón de la vida.
Pero si,en su miedo,buscan solamente la paz y el placer del amor
entonces,es mejor que cubran su desnudez y se alejen de sus umbrales
hacia un mundo sin primaveras donde reirán,pero no con toda su risa
y llorarán,pero no con todas sus lagrimas.
El amor no da nada más que a sí mismo y nada toma sino de sí mismo.
El amor no posee ni es poseído.
Porque al amor le basta el amor.
Cuando amen no deben decir:"Dios está en mi corazón", sino más bien:
"Yo estoy en el corazón de Dios".
Khalil Gibrán "EL PROFETA"